El Gobierno ha condenado hoy los atentados en Irak que han acabado con la vida de más de 30 personas y ha expresado su deseo de que el pueblo iraquí pueda poner freno a la espiral de violencia y prevalezca un clima de respeto entre las diversas confesiones religiosas.

El Ejecutivo, en un comunicado difundido por el Ministerio de Exteriores, traslada sus condolencias a los familiares de las víctimas y a las autoridades y pueblo iraquíes, que "se ven afectados con alarmante frecuencia por atentados irracionales e inhumanos que no encuentran justificación posible".

España reitera su apoyo a Irak "en estos duros momentos en los que la violencia amenaza con destruir la tolerancia como principio básico para una sociedad que conviva en paz y prosperidad".

Al menos, 38 personas murieron ayer y 70 resultaron heridas en dos atentados contra la comunidad cristiana en el sur del Bagdad, uno de ellos contra una iglesia en la que se celebraba la misa de Navidad.