El Gobierno surusudanés ha enviado un nuevo contingente a la ciudad de Bor para arrebatársela a los militares sublevados desde el pasado lunes. La ciudad es estratégica puesto que permite controlar los campos petrolíferos, principal riqueza del país.

"El Gobierno debe restablecer su soberanía y enviar tropas a fin de expulsar a estos renegados del centro de la ciudad (...). En estos momentos están siendo expulsados de la ciudad", afirmó el ministro de Asuntos Exteriores, Barnaba Marial Benjamin.

Precisamente en Bor habría sido avistado el exvicepresidente Riek Machar, a quien el Gobierno responsabiliza del actual alzamiento que intenta sofocar, según informó Benjamin.

"Riek logró escapar utilizando un barco para llegar por el Nilo a su poblado, Ado, e ir después a Bentiu (capital de la provincia de Unity) la noche antes de que atacara las instituciones gubernamentales", explicó Benjamin.

El Ejército sursudanés reconoció el pasado miércoles haber perdido el control de Bor, en el estado de Jonglei, norte, y al día siguiente la ONU informó de que los trabajadores de la industria petrolera se refugiaron en las bases del contingente de "cascos azules" desplegado en la vecina región de Unity.

El conflicto amenaza con sumir al joven país, escindido de Sudán en 2011, en un conflicto étnico entre los dinkas del presidente Salva Kiir y los nuer del exvicepresidente Machar. El propio Machar, destituido de sus cargos en julio, reconoció que comanda las tropas sublevadas, pero desmintió que intentara dar un golpe de Estado.

Por otro lado, la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informó ayer de que la violencia entre las fuerzas regulares y los militares sublevados contra el Gobierno del presidente Salva Kiir afecta ya a cinco de los diez estados en los que está dividido de forma administrativa Sudán del Sur.

La OCHA estima que hay 62.000 desplazados a causa de los enfrentamientos y que hasta 42.000 personas se han refugiado en las bases de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en la República de Sudán del Sur (Unmiss).

Ayer comenzó el proceso de registro y censo de los desplazados en las dos principales bases de la Unmiss en la capital, Yuba y las agencias humanitarias están entregando agua potable, atención sanitaria y sistemas de tratamiento de aguas sucias y preparan la distribución inminente de refugios y alimentos.

También se informó de saqueos de los almacenes de ayuda humanitaria en los estados de Jonglei y Unity, dos de los estados en los que se está cebando el conflicto. Precisamente proceden de Jonglei los cerca de 20.000 desplazados que se han establecido en el condado Awerial, en el estado de Lakes.