El papa Francisco y el presidente de Rusia, Vladímir Putin, apostaron hoy por la vía de la negociación, que incluya a las distintas facciones étnicas y religiosas, para la consecución de una "solución pacífica" al conflicto en Siria.

Durante una audiencia privada de unos 35 minutos de duración celebrada este lunes en el Palacio Apostólico del Vaticano, el mandatario ruso quiso agradecer al pontífice la carta que envió con motivo de la cumbre del G20 de San Petersburgo el pasado septiembre para pedir que se evitaran "soluciones militares".

En la audiencia, "se subrayó la urgencia del cese de la violencia y de hacer llegar la asistencia humanitaria necesaria a la población, así como de favorecer iniciativas concretas para una solución pacífica del conflicto, que privilegie la negociación e implique las distintas facciones étnicas y religiosas, reconociendo su papel imprescindible en la sociedad", informó el Vaticano.

La paz en Oriente Medio y la "grave situación" en Siria, según la definió la Santa Sede en un comunicado, fueron dos de los temas que el jefe de la Iglesia Católica y el presidente de Rusia abordaron en el encuentro de este lunes en la biblioteca del apartamento papal en el Palacio Apostólico con ayuda de intérpretes.

"Durante el cordial coloquio se ha expresado su satisfacción por las buenas relaciones bilaterales y se ha detenido sobre algunas cuestiones de interés común, de modo particular sobre la vida de la comunidad católica en Rusia, evidenciando la contribución fundamental del cristianismo en la sociedad", señala la nota.

"En tal contexto, se ha aludido a la situación crítica de los cristianos en algunas regiones del mundo, así como a la defensa de la promoción de los valores de la dignidad de la persona, de la defensa de la vida humana y de la familia", prosigue.

Durante su encuentro, al que sucedió una reunión de Putin con el secretario de Estado, Pietro Parolin, y con el secretario para las Relaciones con los Estados del Vaticano, Dominique Mamberti, el presidente ruso y Francisco procedieron al intercambio de presentes.

El papa Bergoglio regaló a Putin un mosaico con una panorámica de los jardines vaticanos, mientras que el mandatario ruso le entregó la representación de la Virgen de Vladímir, una de las imágenes más veneradas en la Iglesia Ortodoxa, cuyo original data del siglo XII.

Según el relato del momento hecho por los periodistas que tuvieron acceso a esta última parte, cuando el papa se alejaba de la mesa de los regalos, Putin le detuvo para preguntarle si le gustaba la Virgen que le había regalado, a lo que Bergoglio respondió afirmativamente.

Al término del encuentro, Putin se ha persignado según el rito ortodoxo y ha besado la imagen, un gesto que, posteriormente, ha repetido el pontífice argentino.

Con casi una hora de retraso, el mandatario ruso aterrizó esta misma tarde en la capital italiana acompañado por una delegación compuesta de varios ministros, entre ellos el de Exteriores, Serguéi Lavrov, que mañana le acompañarán en la cumbre ítalo-rusa que se celebrará en Trieste (noreste de Italia).

Se trata de la cuarta vez que Putin visita el Vaticano desde el año 2000, cuando, en su primer año de Presidencia, se entrevistó con Juan Pablo II, un encuentro que se repetiría en 2003, para volver ya en 2007, bajo el Papado de Benedicto XVI.

La reunión se produce en un momento de diálogo y acercamiento entre la Iglesia católica y la ortodoxa rusa, a pesar de que Putin no haya invitado al papa a Rusia, al no contar la invitación con el respaldo del patriarca ruso, Kirill, el máximo representante de la Iglesia Ortodoxa rusa.