El tiroteo del viernes en el aeropuerto de Los Ángeles (California), cuyo responsable se expone a la pena de muerte tras ser acusado de asesinato, reabrió ayer el debate sobre el control de armas en Estados Unidos.

La senadora demócrata Dianne Feinstein instó ayer, durante una entrevista en la cadena CBS, a aumentar el control de armas en el país al declarar que el rifle empleado por Paul Ciancia, presunto autor del tiroteo, un modelo de asalto M&P15 de calibre 22, "no está diseñado para el consumo general". "Claro que haría una ley (de control de armas). Creo en esto con toda mi alma, pero hay un cerrojo en el Congreso (para este tipo de medidas) impuesto por los propietarios de armas", agregó Feinstein, que preside el Comité de Inteligencia del Senado.

La masacre de diciembre pasado en una escuela de Newtown (Connecticut) desató un impulso legislativo para el control de armas, pero este fracasó en abril ante la falta de apoyos en el Senado y la presión de la Asociación Nacional del Rifle (NRA).

El congresista republicano Mike McCaul opinó ayer que el incidente del viernes revela "lo fácil que es llevar un arma a un aeropuerto", pero consideró que la causa principal está en la "enfermedad mental" del sospechoso, en declaraciones a la cadena CNN.

Ciancia fue acusado el sábado de dos cargos: el asesinato de un agente federal y la comisión de violencia en un aeropuerto internacional, según anunció el fiscal federal André Birotte Jr. en una conferencia de prensa. Ciancia podría ser condenado a la pena de muerte o a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, decisión que debería tomar el secretario de Justicia de Estados Unidos, Eric Holder.

Ciancia permanece "inconsciente" en el hospital y no ha cooperado con la investigación, pero las autoridades han concluido ya que el sospechoso tomó "una decisión consciente de matar a varios empleados de la Agencia de Seguridad del Transporte (TSA)".

Así lo indicó el agente del FBI encargado de la investigación, David Bowdich, después de que los investigadores analizaran una carta que el sospechoso llevaba en su mochila cuando disparó y mató al agente de la TSA Gerardo Hernández, además de herir a otros dos funcionarios de esa agencia federal.

Bowdich explicó también con más claridad la sucesión de hechos que provocaron un muerto y seis heridos durante diez minutos infernales. Además, hubo 1.550 vuelos afectados por cancelaciones o retrasos el pasado viernes.