El depuesto presidente egipcio, Mohamed Mursi, clamó en la primera sesión de su juicio hoy que él es presidente legítimo de Egipto y acusó a los militares de "traición y de criminales".

Ante los jueces y entre lemas como "que caiga el gobierno militar", Mursi denunció que su proceso es "una farsa" y una forma de encubrir lo ocurrido el pasado 3 de julio, que fue -aseguró- "un golpe de estado".

El Tribunal Penal de El Cairo decidió hoy aplazar el juicio hasta el próximo 8 de enero el juicio contra Mursi y otros catorce dirigentes de los Hermanos Musulmanes, que han negado los cargos que les implican en la muerte de manifestantes.