La Cámara Alemana de Industria y Comercio (DIHK) lanzó ya hoy, un día después de las elecciones, sus exigencias para el próximo gobierno: no a las subidas de impuestos, energía barata, más infraestructuras, y apoyo al euro y a Europa.

La DIHK presentó una encuesta entre sus miembros sobre sus expectativas para el próximo ejecutivo alemán horas después de que la Unión de la canciller, Angela Merkel, ganase ayer los comicios parlamentarios, al lograr un 41,7 % de los votos, aunque con una mayoría insuficiente para gobernar en solitario.

Por su parte, el Partido Socialdemócrata (SPD) obtuvo el 25,7 %, seguido por La Izquierda (8,6 %) y Los Verdes (8,4 %), mientras que los liberales (4,8 %) y los euroescépticos de Alternativa por Alemania (4,7 %) quedaron fuera del Bundestag (cámara baja).

"Aún no se sabe quién va a gobernar con quién", señaló el presidente del DIHK, Eric Schweitzer, evitando las especulaciones sobre posibles coaliciones.

No obstante, los empresarios alemanes tienen claro que independientemente de la constelación final que se haga con el Ejecutivo -previsiblemente la Unión de Merkel con los socialdemócratas o Los Verdes- lo esencial es no elevar la presión fiscal.

A juicio de Schweitzer, "los resultados muestran que hay una mayoría en Alemania en contra de las subidas de impuestos" pese a que los tres partidos de izquierdas presentes en el nuevo Bundestag, que suman mayoría absoluta, abogaron por elevarlos.

Otra demanda de los empresarios es la reforma del proceso de transformación energética en el país -que incluye el "apagón" energético y la apuesta por las renovables- para lograr que la electricidad tenga una "precio asumible".

Los empresarios alemanes también quieren que se mantenga "el pie en el freno de la deuda" estatal y consideran que Alemania necesita al euro.