Turquía ocupó ayer el protagonismo de Israel en la víspera y abogó por el ataque inmediato a Siria -con o sin aval de Naciones Unidas-, para mantener la tensión en la región, donde el Estado Mayor de la Armada rusa presumió ayer de que tiene capacidad para determinar el rumbo de los acontecimientos.

Al despliegue estadounidense en la región, la Armada rusa opone la flotilla, que regresó en junio de manera permanente a la zona tras un paréntesis de 20 años, y según informaron ayer fuentes castrenses rusas, el acorazado equipado con misiles "Moskvá", buque insignia de la flota rusa del mar Negro, ha suspendido su prevista travesía a Cabo Verde para tomar rumbo al estrecho de Gibraltar.

En EEUU, el Comité de Relaciones Exteriores del Senado aprobó ayer una resolución que autoriza la intervención militar en Siria reclamada por el presidente estadounidense.

Con 10 votos a favor y 7 en contra, el Comité aprobó una medida bipartidista que limita un ataque militar a un plazo de 60 días, aunque habrá que esperar a que el pleno del Senado someta la medida a votación la próxima semana y la Cámara de Representantes haga lo propio con un voto pendiente.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que inició ayer una visita de dos días a Suecia, apeló a la "credibilidad" de la comunidad internacional para apoyar una acción militar contra el régimen sirio, al que culpó de un supuesto ataque con armas químicas contra su población.