Las autoridades egipcias aseguraron hoy que prefieren no tener que declarar el estado de emergencia en el país y que esta medida de excepción solo se adoptará si los acontecimientos ponen en peligro la seguridad nacional.

Estas declaraciones se producen después de que ayer se publicara un decreto en el boletín oficial del Estado por el que el presidente egipcio, Adli Mansur, delegó una serie de prerrogativas en el primer ministro, Hazem el Beblaui, como decretar el estado de emergencia.

"No hay intención ni hoy ni mañana de declarar el estado de emergencia, pero se pueden desarrollar sucesos que empujen al Estado a tomar medidas para proteger la seguridad nacional", afirmó hoy el portavoz presidencial, Ahmed al Muslimani.

En una rueda de prensa, Al Muslimani señaló que Mansur ha delegado varias de sus competencias al primer ministro, pero que eso no quiere decir que se vaya a decretar esa medida de excepción.

Por su parte, Beblaui aseguró que el Gobierno prefiere que no se apliquen leyes excepcionales para afrontar la tensión que sufre el país, escenario de sangrientos disturbios desde el golpe militar que depuso a Mohamed Mursi el pasado día 3.

"Queremos que continúen con las leyes normales, es odioso utilizar la ley de excepción", dijo el primer ministro, que subrayó que ésta solo se aplicará en "casos de máxima necesidad".

El decreto presidencial de ayer ha sido interpretado por algunos medios de comunicación locales como una medida para incrementar la represión contra los manifestantes partidarios de Mursi.

Según la nueva acta constitucional, emitida el pasado 8 de julio, el presidente de la República es el que tiene la competencia de declarar el estado de emergencia después de contar con la aprobación del Consejo de Ministros.

Esta medida de excepción solo puede estar en vigor durante tres meses, aunque podría prorrogarse una vez por el mismo periodo de tiempo si lo acepta el pueblo en un referéndum.

Egipto vivió bajo el estado de emergencia, con la excusa de la lucha contra el terrorismo, desde 1981 y hasta mayo de 2012, cuando la Junta Militar que entonces gobernaba el país decidió no renovar la medida de excepción.

Entre las prerrogativas presidenciales delegadas por Mansur a Beblaui figura ordenar a la policía militar la detención de civiles, algo que solo ocurre si se aplica la ley de emergencia.

Este tipo de arrestos, muy polémicos, volvieron a autorizarse brevemente en junio de 2012, poco después de que dejara de estar en vigor el estado de emergencia.

El 13 de junio de ese año, el Ministerio de Justicia emitió un decreto en el que autorizaba a la policía militar a arrestar a civiles por determinados delitos de derecho común, pero días después el Tribunal Supremo Administrativo de El Cairo ordenó suspender la aplicación de esa decisión gubernamental.

En los últimos días, las autoridades egipcias han amenazado en varias ocasiones a los islamistas con adoptar medidas firmes para poner fin a sus movilizaciones a favor de la restitución de Mursi.

El Consejo de Defensa Nacional exigió anoche a los manifestantes islamistas de Rabea al Adauiya y de la plaza Al Nahda, en El Cairo, que anuncien "de inmediato" su renuncia a todo tipo de violencia y de terrorismo.