El presidente interino egipcio, Adli Mansur, emitió ayer un decreto con el que otorga al primer ministro, Hazem Beblaui, la prerrogativa de ordenar a la policía militar la detención de civiles.

Según el periódico egipcio Al Wasat, que recoge la medida publicada ayer en el boletín del Estado, Mansur ha delegado una serie de prerrogativas presidenciales a Beblaui, entre ellas la citada.

Este movimiento puede ser interpretado como un paso para incrementar la represión contra los manifestantes partidarios del depuesto presidente egipcio, el islamista Mohamed Mursi, derrocado por un golpe de Estado el pasado día 3.

Desde la supresión en mayo de 2012 de la ley de emergencia, que estuvo en vigor en Egipto desde 1981 bajo la excusa de la lucha contra el terrorismo, la Policía es el único cuerpo que puede detener a los civiles.

Sin embargo, el 13 de junio de 2012, el Ministerio de Justicia emitió un decreto en el que autorizaba a la policía militar arrestar a civiles por determinados delitos de derecho común, aunque días después el Tribunal Supremo Administrativo de El Cairo ordenó suspender la aplicación de esa decisión gubernamental.

Por otro lado, las autoridades egipcias reforzaron ayer sus amenazas contra cualquier intento de desestabilizar el país, ante la firmeza de los islamistas de mantener sus acampadas para exigir la restitución del depuesto presidente.

Pese a la unánime condena internacional al uso excesivo de la fuerza en los últimos disturbios, que dejaron el sábado 72 muertos en El Cairo, el Gobierno egipcio prometió tomar todas las medidas para proteger la seguridad nacional. El decreto posterior lo evidencia.