El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, se reúne hoy con el canciller venezolano, Elías Jaua, después de la polémica que mantuvieron ambos estados sobre el resultado electoral en el país caribeño y que supuso la llamada a consultas del embajador de Venezuela en Madrid.

"Los puentes no se han roto nunca. El Gobierno español no ha roto nunca los puentes con Venezuela", dijo ayer el jefe de la diplomacia española al ser preguntado si esta reunión servirá para tender puentes después del intercambio de declaraciones del mes de abril.

García-Margallo y Jaua -que realiza una escala en Madrid en una gira por otros países europeos- celebrarán un almuerzo en el que repasarán el estado de las relaciones bilaterales.

Este encuentro tendrá lugar apenas dos meses después de las tensiones diplomáticas que vivieron España y Venezuela por las elecciones celebradas en el país tras la muerte de Hugo Chávez.

El pasado 15 de abril, García-Margallo aseguró que tomaba "nota" de la victoria del candidato chavista, Nicolás Maduro, en los comicios y abogó por un recuento electoral rápido para acabar con la situación de "interinidad".

La respuesta de Venezuela fue inmediata: el Gobierno llamó a consultas al embajador de Caracas en Madrid, Bernardo Álvarez.

El propio Maduro, tras ser proclamado presidente electo, afirmó que esperaba una rectificación de España y advirtió de que, en caso contrario, podrían adoptarse medidas "ejemplares".

Sólo un día después, García-Margallo dijo que no pediría disculpas por sus declaraciones ya que sus palabras fueron "medidas", consideró que se había producido un "malentendido" por parte de Venezuela y se mostró "sorprendido" por esa reacción.

Horas después, el Ministerio de Exteriores emitía un comunicado en el que afirmaba que el Gobierno respetaba la proclamación de Maduro como presidente electo una vez cumplidos "los trámites constitucionales y legales internos".

La respuesta llegó rápida desde Venezuela, con estas palabras de Maduro: "Excelente, muy bien Gobierno de España. Cuenten con nuestra amistad, con nuestro respeto".

Sin embargo, la polémica se reabrió durante un viaje a Washington de García-Margallo en el que, al ser preguntado si España estaría dispuesta a propiciar acercamientos entre el Gobierno y la oposición venezolana, respondió que sí.

Maduro le exigió entonces que sacara "sus narices" de Venezuela y el ministro zanjó el tema al recalcar que las relaciones entre ambos países se basan en el "respeto mutuo" e insistir en que las "decisiones de Venezuela corresponde adoptarlas al pueblo y la sociedad venezolana".