El servicio de rescate de la compañía estadounidense Freeport concluyó hoy la tarea de recuperación de los cadáveres de 28 mineros que quedaron sepultados hace una semana en el interior de la mina que explota en la provincia indonesia de Papúa.

El accidente se produjo en pasado 14 de mayo al hundirse un túnel de la galería en la que 38 mineros recibían en aquel preciso momento un curso de adiestramiento sobre medidas de seguridad.

Tras el hundimiento del túnel, diez mineros fueron rescatados con vida.

El túnel en el que se encontraban los empleados conducía al depósito de Big Gossan, parte del complejo de la mina Grasberg, considerada una de las mayores explotaciones de oro y cobre del mundo y en la trabajan más de 20.000 personas.

Freeport mantiene detenidos los trabajos de extracción en la mina a raíz del accidente y de que varios cientos de trabajadores protestasen para exigir mejoras en las medidas de seguridad.

El presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, ha instado a Freeport, filial de Freeport McMoran, y a los organismos estatales a investigar las causas del accidente y ha anunciado que se llevarán a cabo inspecciones en las minas del país a fin de comprobar si se cumple la normativa en materia de seguridad.