Los líderes de la Unión Europea acordarán en su cumbre de hoy intensificar la lucha contra el fraude y la evasión fiscal y los resquicios que aprovechan las multinacionales para eludir impuestos, pero se limitarán a fijar calendarios para ello y a promover el intercambio automático de información bancaria. Los veintisiete jefes de Estado y de Gobierno analizarán también cómo movilizar sus políticas energéticas en aras de mejorar la competitividad, el empleo y el crecimiento.

De la cumbre de mañana se espera un "impulso político" a la lucha contra el fraude y la evasión y la planificación fiscal agresiva, en un momento en el que la Unión Europea pierde por esta causa 1 billón de euros al año, lo que equivale al PIB de España. El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, señaló ayer que esta cuestión "se ha convertido en esencial para la aceptación política y social de la consolidación fiscal". Europa ha visto en los últimos tiempos escándalos como la cuenta oculta que tenía en Suiza el exministro galo de Presupuesto Jérôme Cahuzac, y del "Offshore Leaks", la lista de supuestos evasores fiscales divulgada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), o que multinacionales como Apple, Amazon, Google o Starbucks minimizan el pago de impuestos a través de oficinas en otros países que gozan de mejor trato fiscal.