El Ejército israelí cree "alta" la posibilidad de sufrir un atentado con armas químicas por parte de grupos terroristas y advierte de que la preparación contra esa amenaza por parte de ministerios e instituciones públicas es "baja", según un informe difundido hoy.

"A día de hoy la preparación de los ministerios, municipios y direcciones públicas ante la amenaza de un ataque con armas no convencionales es entre baja y media", afirma un informe confidencial del Ministerio de Defensa Civil del que da cuenta hoy la edición digital del diario Yediot Aharonot.

El documento cree "altamente probable" que grupos terroristas de la región lleguen a hacerse con elementos químicos del arsenal de armas no convencionales de Siria, donde en los últimos dos años se libra una guerra civil.

Los servicios de inteligencia israelíes temen que la seguridad en torno a ese arsenal, que afirman es uno de los mayores del mundo, se diluya debido a la situación de conflicto y pueda llegar a grupos islamistas.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió públicamente de que esa posibilidad es una línea roja que provocaría la intervención de su país en Siria.

A principios de mayo varias instalaciones militares y científicas alrededor de Damasco fueron bombardeadas, según el Gobierno sirio y fuentes occidentales, por aviones de guerra de Israel, aunque este país no ha confirmado ni desmentido oficialmente los ataques.

Fuentes occidentales informaron de que el blanco pudo ser un cargamento de misiles de alta precisión y largo alcance destinado a la milicia del movimiento libanés Hizbulá.

El informe del Ministerio de Defensa Civil diferencia entre el riesgo de que Israel se vea envuelta en una guerra no convencional, que considera improbable, y el de sufrir un ataque terrorista con ese tipo de armas.

"Hay numerosos indicadores que apuntan a que organizaciones terroristas en nuestra región tratan de conseguir información sobre armas no convencionales y tener acceso a arsenales estatales", indica el documento en ese sentido.

Asimismo, agrega que "la caída del régimen existente (del presidente, Bachar El Asad) provocará la propagación de estos materiales a todos tipo de organizaciones terroristas".

A la vez, califica de "baja" la preparación de Israel para impedir un ataque de ese tipo y precisa que sólo el 58 por ciento de la población tiene en su casa máscaras antigás.

En 2010, sin ninguna razón aparente, Israel comenzó la aplicación de un plan de contingencia para defender a la población que incluía el reparto de máscaras, aunque gran parte de la población no ha acudido a recogerlas.