Unos 400 extremistas de derechas acudieron ayer a una manifestación antijudía y antiestalinista en Budapest con motivo del comienzo hoy en dicha ciudad de la Asamblea Plenaria del Congreso Judío Mundial. La marcha, convocada por el partido derechista húngaro Jobbik, el tercero en el Parlamento, había sido prohibida pero fue finalmente autorizada por la Justicia. El presidente de Jobbik, Gábor Vona, manifestó ante los manifestantes que "Hungría no se vende" y que por eso "Simón Peres (el presidente israelí) debería buscarse otro país", en alusión a las acusaciones extremistas de que Israel está comprando Hungría.