El incendio que azota al sur de California desde la mañana del jueves y que ha arrasado más de 4.000 hectáreas amenaza a más de 4.000 viviendas por un brusco cambio en la dirección del viento.

Ocho helicópteros, seis avionetas y alrededor de 1.000 bomberos combaten un fuego que hasta ahora ha destruido 15 edificios y que está contenido en poco más de un 10%, si bien ayer aún no había provocado ninguna muerte.

"El viento ha provocado que las llamas regresen en parte a la zona donde está concentrado pero también ha hecho que se extienda por zonas sin arder", comentaron portavoces del departamento de bomberos.