El presidente de EE.UU., Barack Obama, dio ayer el primer paso para lograr un mayor control de las armas de fuego en el país con la firma de 23 medidas, y pidió al Congreso que se sume al esfuerzo, además de apelar a la sociedad a asumir la responsabilidad de proteger a los niños de la violencia.

"No podemos dejar esto de lado más tiempo", subrayó Obama en una comparecencia en la Casa Blanca en referencia a la violencia causada por las armas de fuego y en la que anunció las iniciativas que suscribió por decreto, que no necesitan al Congreso.

Al acto fueron invitados varios niños que escribieron cartas al presidente durante el último mes preocupados por la violencia causada por las armas a raíz de la tragedia de la escuela Sandy Hook de Newtown (Connecticut), donde el 14 de diciembre Adam Lanza mató a 20 niños y 6 adultos después de asesinar a su madre y antes de suicidarse.

"Es nuestra principal tarea como sociedad mantener a nuestros niños a salvo (...) Y sus voces deben obligarnos a cambiar", dijo Obama tras leer fragmentos de cartas como la de una de las niñas presentes ayer, que le pedía que "se esfuerce mucho" para frenar la violencia y las muertes causadas por las armas.

"Haré todo lo que esté en mi mano para lograrlo. Pero la única manera de poder cambiar es si el pueblo estadounidense se planta y lo exige", declaró Obama, quien recordó que solo en el último mes han muerto 900 personas por armas de fuego en EE.UU.

También destacó que para conseguir "un impacto real y duradero" el Congreso "debe actuar" y aprobar leyes que complementen a los decretos presidenciales anunciados ayer.

Las medidas firmadas se dividen en cuatro categorías, entre las que figuran la prohibición de comercializar armas de asalto o la exigencia de comprobación de antecedentes criminales.