La India trasladó hoy al embajador de Pakistán una protesta formal por el ataque de tropas paquistaníes a indias sucedido ayer en Cachemira, mientras Islamabad, que niega los hechos, pedía una investigación de la ONU.

El secretario indio de Exteriores, Ranjan Mathai, llamó a consultas al jefe de la misión diplomática paquistaní en Nueva Delhi, Salmán Bashir, a quien trasladó una "fuerte protesta" por el incidente, según un comunicado oficial.

"Se solicitó al Gobierno de Pakistán que investigue inmediatamente estas acciones, que contravienen todas las normas de conducta internacional, y que garantice que no volverá a ocurrir", se indica en la nota del Ministerio indio de Exteriores.

La India mantiene que soldados paquistaníes incurrieron en el distrito de Punch, situado en su parte de la montañosa región norteña de Cachemira, y mataron a dos militares indios, a los que "mutilaron de manera bárbara" -supuestamente uno fue decapitado-.

Desde Islamabad, la Cancillería de Pakistán se aferró a la versión de sus Fuerzas Armadas, que siguen sin admitir la existencia del incidente, registrado dos días después de que el Ejército paquistaní denunciara un ataque similar en su lado de Cachemira.

Ese ataque, según la comandancia paquistaní, ocurrió el domingo durante una incursión miliar india en su territorio y provocó la muerte de un soldado paquistaní y causó heridas a otro, aunque Nueva Delhi también niega esta versión.

"Pakistán rechaza con contundencia la acusación de la India relativa a un ataque a una patrulla suya través de la Línea de Control (LoC). Estas acusaciones son infundadas", dijo hoy el Ministerio paquistaní de Exteriores en un comunicado.

El Ministerio paquistaní afirmó, además, "estar preparado para que se investiguen mediante el Grupo de Observadores Militares de las Naciones Unidas para la India y Pakistán las violaciones recientes del alto el fuego en la Línea de Control".

"Pakistán sigue comprometido con el acuerdo de alto el fuego de 2003", agregó.

Los incidentes entre la India y Pakistán en su frontera común de la disputada Cachemira, una de las más militarizadas del planeta, son relativamente habituales.

Ambos países están dotados desde finales de los años 90 con el arma atómica y han librado dos guerras y otros conflictos menores en las últimas seis décadas por la soberanía de Cachemira, aunque desde 2011 han recuperado el proceso de diálogo.