La disminución de la actividad eruptiva en el volcán de Fuego provocó que las autoridades de protección civil de Guatemala rebajasen ayer el nivel de alerta de rojo a naranja sobre las comunidades de la zona, aunque se mantenga la vigilancia sobre sus cambios.

"Se mantendrá vigilancia durante las próximas doce horas para determinar si procede reducir la alerta a amarilla", subrayó el vulcanólogo Julio Girón, experto del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh).

De mantenerse firme la reducción de la actividad eruptiva del coloso, agregó Girón, "se establecerá una situación moderada", lo cual permitirá que las cerca de 10.600 personas que fueron evacuadas el jueves de las comunidades cercanas a Fuego puedan regresar a sus hogares.

Según la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), no se reportaron víctimas ni daños como consecuencia de la violenta erupción, pero en prevención de desastres mayores fue necesario evacuar hacia albergues seguros a los habitantes vulnerables.

El volcán, uno de los más impresionantes de Centroamérica, inició su sexta etapa eruptiva en lo que va de este año, durante la madrugada del jueves, en la que se produjeron fuertes explosiones y lanzamiento de gruesas columnas de ceniza que alcanzado más 3.000 metros de altura sobre su cráter.