Varias patrulleras de China entraron ayer en aguas de las islas que este país se disputa con Japón y provocaron una contundente protesta de Tokio, en el último roce de un conflicto que ha tensado seriamente las relaciones entre los dos vecinos asiáticos.

China sostuvo que la decisión de patrullar las aguas que rodean el conflictivo archipiélago es "razonable y está totalmente justificada", después de que Tokio comprara este martes los terrenos de tres de los islotes que forman el disputado archipiélago ubicado en la región Asia-Pacífico.

El Gobierno nipón calificó de "extremadamente lamentable" la "intrusión" y presentó una "contundente protesta" al embajador chino en la capital nipona, Cheng Yonghua, informó la agencia Kyodo.

Las patrulleras chinas de vigilancia entraron a primera hora del día en aguas territoriales de ese grupo de islas del Mar de China Oriental, conocidas como Senkaku en Japón, Diaoyu en China y Tiaoyutai por Taiwán, que también las reclama.

Según la Guardia Costera de Japón, uno de sus buques hizo una señal de advertencia a los barcos chinos, pero éstos respondieron alegando que estaban patrullando territorio chino y pidieron a su vez a los japoneses que abandonaran la zona.

El primer ministro japonés, Yoshihiko Noda, aseguró que su Gobierno tomará "todas las medidas posibles" para garantizar la seguridad en torno a las islas deshabitadas, que se cree cuentan con ricos recursos minerales y están formalmente administradas por la provincia nipona de Okinawa.