El embajador de EEUU en Libia, Chris Stevens, y otros tres estadounidenses han muerto en el ataque con cohetes ocurrido contra su vehículo en la ciudad de Bengasi, asaltado por milicianos contrarios a una película que supuestamente se burla de Mahoma. El presidente norteamericano, Barack Obama, condenó el ataque y envió a los marines para reforzar la seguridad de su personal.

Al parecer, Stevens se dirigía a un lugar más seguro después de que manifestantes atacaran el Consulado norteamericano en Bengasi y abrieran fuego, matando a un miembro del personal, según apuntó una fuente local que precisó que el embajador y otros tres miembros del personal murieron cuando hombres armados dispararon cohetes contra su coche. Del mismo modo, añadió que la Embajada estadounidense ha enviado ya un avión militar para transportar los cuerpos a Trípoli para repatriarlos a Estados Unidos.

Por su parte, el viceministro del Interior libio, Wani al Sharif, acusó a partidarios del derrocado dirigente libio Muamar Gadafi de perpetrar el ataque. En línea con esta hipótesis sugirió que los asaltantes podrían haber actuado en venganza por la extradición desde Mauritania este mes del exjefe de Inteligencia de Gadafi Abdulá al Senussi.

Igualmente, reveló que dos de los cuatro norteamericanos murieron en un tiroteo durante un intento por parte de las fuerzas estadounidenses de evacuar al personal de una casa segura.

El personal consular estadounidense fue trasladado a una casa segura tras un ataque contra el edificio del Consulado en Bengasi en el que murió el embajador, explicó.

Además de los fallecidos, entre doce y 17 resultaron heridas en este suceso.

Por otro lado, fuentes estadounidenses afirmaron que el atentado fue planeado con antelación y que sus autores aprovecharon las protestas como distracción para poder perpetrarlo.

Entre tanto, Obama, prometió "justicia" por la muerte del embajador en Libia porque "ningún acto de terror" hará que Estados Unidos "se rinda", y ordenó a su Administración que se aporte "todos los recursos necesarios para apoyar la seguridad de nuestro personal en Libia y para incrementar la seguridad de nuestros puestos diplomáticos en todo el globo".

Obama dejó igualmente claro que Estados Unidos rechaza que se denigren las creencias religiosas, pero subrayó que se opone a la "violencia sin sentido" que se ha cobrado la vida de los cuatro norteamericanos.

Mientras tanto, el presidente de la Asamblea Nacional libia, Mohamed Magarief, pidió disculpas a Estados Unidos por el ataque.

La práctica totalidad de la comunidad internacional reprobó el atentado y mostró sus muestras de apoyo a EEUU.

Por contra, el movimiento talibán afgano amenazó ayer con vengarse por la difusión del polémico vídeo que también fue el causante ayer de una manifestación pacífica frente a la embajada estadounidense en Túnez.