La troika concluyó ayer su visita a Grecia iniciada a finales de julio tras haber avanzado en las conversaciones sobre el nuevo plan de ahorro de 11.500 millones de euros que exigen los prestamistas internacionales a cambio de seguir financiando al país mediterráneo.

"Las conversaciones han ido bien, hemos hecho buenos progresos. Ahora descansaremos y regresaremos en septiembre", afirmó el representante del Fondo Monetario Internacional (FMI) y jefe de la troika, Poul Thomsen, tras reunirse con el ministro de Finanzas griego, Yannis Sturnaras, y el ministro de Trabajo, Yannis Vrutsis.

Según la web In.gr, que citó a fuentes del gobierno, la troika (Comisión Europea, BCE y FMI) se mostró satisfecha por las medidas de ahorro. Ahora, el gobierno griego deberá perfilar los nuevos recortes. Para ello, hoy se reunirán con el primer ministro, Andonis Samarás, los líderes de los partidos que apoyan al Ejecutivo. "El país está comprometido con unas medidas que pondrán la economía en el camino del crecimiento y que eliminará para siempre el peligro de una bancarrota", asegura Sturnaras.