Los observadores de la ONU lograron ayer acceder a la localidad siria de Tremseh para investigar la masacre ocurrida el pasado jueves en el lugar, un suceso que ha suscitado el rechazo internacional mientras persiste la violencia en el país.

Tres vehículos de observadores de la ONU partieron ayer de Damasco para unirse a su equipo de la provincia de Hama (centro), donde se encuentra Tremseh, y juntos se dirigieron a esa localidad.

Fuentes de Naciones Unidas explicaron que los miembros de la misión estuvieron esperando a la entrada de la aldea hasta que, tras intensas negociaciones con las partes enfrentadas, finalmente accedieron al sitio.

Esa demora se debió a que los observadores llegaron acompañados por fuerzas del Ejército sirio y los residentes se resistieron a dejar entrar a los militares, que finalmente se quedaron fuera, según las fuentes.

Los observadores investigaron durante unas horas lo que sucedió en Tremseh y luego retornaron a la ciudad de Hama.

Los opositores habían denunciado la muerte de más de doscientas personas a manos de las fuerzas leales al régimen sirio, mientras que las Fuerzas Armadas sirias sostuvieron que la ofensiva tuvo como objetivo supuestos grupos terroristas que habían atacado a la población local.

El jefe de la misión de observadores, el general Robert Mood, manifestaba el viernes en Damasco que estaban preparados para entrar en la localidad, siempre que se garantizase un alto el fuego local, a pesar de que sus operaciones para supervisar la situación en el país se encuentran suspendidas desde mediados de junio.

Robert Mood confirmó entonces que unidades mecanizadas y helicópteros habían sido desplegados en la ciudada de Tremseh, lo que contradice el plan de paz del mediador internacional Kofi Annan, que exige la retirada militar de las localidades y el cese de la violencia, entre otros puntos.