Un tercio de los 115 expresos políticos cubanos y 652 familiares que comenzaron a venir a España hace dos años, fruto del acuerdo entre el régimen castrista y el anterior Gobierno socialista, ha abandonado España debido a la falta de trabajo y de ayudas económicas.

Estados Unidos ha sido el destino de la mayoría de los excarcelados cubanos que se han marchado, al no ser posible su retorno a la isla por el veto de las autoridades de La Habana.

De las 767 personas acogidas entre el 13 de julio de 2010 y abril del pasado año, son 34 disidentes y unos 185 familiares los que han optado por exiliarse fuera de España, según datos facilitados por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH).

El principal desencadenante ha sido la crisis económica, unida a la decisión del Gobierno del PP de no estirar el programa de integración que acordó el exministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos a causa de los recortes presupuestarios.

El plan de acogida, coordinado por las organizaciones Cruz Roja, CEAR y Accem, era de un año de duración, prorrogable seis meses.

Consistía en el alquiler de vivienda (unos 700 euros), manutención (180 euros por cada miembro de la familia), escolarización, abono transporte y asistencia médica.

El programa ha tenido un coste para el Gobierno de unos 13 millones de euros, han informado fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.

Tras la muerte del excarcelado Santiago Du Bouchet, quien se quitó la vida en abril, quedan 80 presos y unos 450 familiares, repartidos en varias ciudades españolas, según las fuentes.

Los únicos que aún disponen de alguna ayuda del Gobierno son por motivo de "especial vulnerabilidad" social, al ser grupos con ancianos o enfermos, explica la responsable adjunta del área de programas de Accem, Camino Gutiérrez.

Con la colaboración del OCDH, una veintena de familias ha accedido a la Renta Mínima de Inserción (RMI), que ronda los 500 euros y cuya concesión depende de las Comunidades Autónomas.

Quienes no disponen de subsidio ni del Estado ni de las CCAA denuncian estar en una situación de "desamparo total", como apunta Marcelo Cano, miembro del llamado "Grupo de los 75" (detenidos en la ola represiva de 2003).

Cano vive con su tía de 84 años en un piso de alquiler en Guadalajara, a cuyo dueño debe 2.480 euros, correspondientes a cuatro mensualidades.

"Si trabajase, dejaría de ser una carga para España", declara Cano, médico de profesión.

Pese a la insistencia de Exteriores y del OCDH, el régimen cubano no ha facilitado la documentación para convalidar los diplomas profesionales.

Desde Cruz Roja, el subdirector de Migraciones de Cruz Roja, José Javier Sánchez, admite que la falta de trabajo ha hecho "muy difícil" la integración completa del colectivo.

Omar Rodríguez Saludes, otro integrante del "Grupo de los 75", se irá a EEUU la próxima semana con los 17 familiares con los que llegó a Madrid en el primer contingente de exiliados.

"Me voy con mucho dolor, dejando una tierra que me abrió los brazos y donde reinicié una vida familiar que en Cuba se me negó", señala Rodríguez desde Gijón (Asturias).

Sin recursos económicos desde enero, confiesa estar en una situación "sumamente difícil", muy alejada de lo que se esperó al llegar.

"Vinimos llenos de ilusión y con perspectivas, incluso con promesas hechas por el Gobierno de Zapatero, y muchas no se han completado", lamenta Rodríguez, que a pesar de todo, no se arrepiente de haber venido libre a España.

Algunos excarcelados endurecieron su protesta el pasado mes de abril con una acampada levantada frente a la sede de Exteriores.

Este grupo lo integra una decena de expresos, de los últimos que llegaron a Madrid, que se sienten "engañados" por el anterior Gobierno y por el actual, como apunta Douglas Faxas, condenado a 20 años de cárcel por piratería, tenencia ilegal de armas y hurto.

"Responsable fue aquél (el del PSOE) por habernos traído y éste (el del PP) por habernos lanzado a las calles proclamándose amigo de la disidencia cubana", se queja Faxas.

Varios familiares de disidentes han optado, incluso, por regresar a Cuba, una vía a la que no se pueden acoger los excarcelados por impedimento del Gobierno cubano.