Justo cuando creía haber limpiado la mala imagen que se labró por la crisis de 2008, el sector bancario del Reino Unido afronta ahora acusaciones de corrupción tras nuevos escándalos por prácticas fraudulentas.

Manipulación de las tasas interbancarias, venta engañosa de productos financieros a los clientes o artimañas legales para eludir impuestos son algunas de las actividades achacadas a los principales bancos del país, encabezados por Barclays, que esta semana recibió una multa millonaria al intentar falsificar el Libor.

El sector padece de "corrupción institucional", denunció ayer el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, quien pidió una investigación casi judicial sobre la banca.

Según Miliband, aunque los bancos habían asegurado "que habían hecho limpieza" tras los excesos que llevaron a la crisis crediticia de 2008, en realidad nunca se llegó a hacer un examen exhaustivo del sector.

Habría que averiguar "qué ocurre en los rincones más oscuros" e imponer "un estricto código de conducta", con procesos criminales para los banqueros que abusen del sistema.