El presidente electo de Egipto, el islamista Mohamed Mursi, inició ayer consultas para lograr un consenso que le permita afrontar la división que persiste en el país, un día después de ser proclamado vencedor de las elecciones presidenciales.

Mursi, que obtuvo un 51,7% de los votos, se reunió con el jefe de la Junta Militar, el mariscal Husein Tantaui, a quien agradeció el papel de la cúpula castrense durante la transición y su respeto de la voluntad del pueblo egipcio, difundieron los medios oficiales egipcios.

Según publicó la web del diario "Al Ahram", el Consejo Superior de las Fuerzas Armadas traspasará el poder a Mursi la tarde del próximo sábado 30 de junio, después de que éste jure el cargo ante el Tribunal Constitucional ese mismo día.

Uno de los principales desafíos a que enfrenta Mursi es lidiar con el miedo y los recelos ante una administración islamista de una parte de la población, en especial los sectores más liberales y laicos.

Por ello, sus primeras palabras tras anunciarse su victoria estuvieron centradas en llamar a la unidad del país y subrayar que será el presidente de "todos los egipcios".

El representante de los Hermanos Musulmanes concitó ayer el apoyo de la mayoría de los estados árabes, así como de la Unión África y los países de Extremo Oriente, en mensajes que tuvieron como denominador común los llamamientos a la moderación y propuestas para reforzar la cooperación bilateral.

En similares términos se pronunciaron las altas instancias de la Unión Europea (UE), así como los principales gobiernos comunitarios, entre ellos el español.