Los negociadores de cerca de 190 países concluyeron en la pasada madrugada el documento que será presentado a la Conferencia de la ONU Río, que comienza mañana, cuyo contenido calificado como poco ambicioso por las organizaciones no gubernamentales.

Un borrador del documento "El futuro que queremos" fue entregado por el Gobierno brasileño a todas las delegaciones en la mañana de hoy luego de que los negociadores anunciaran un acuerdo hacia las 2.30 hora local (5.30 GMT) de este martes, informaron fuentes diplomáticas.

El texto acordado tiene como base una propuesta presentada el sábado por Brasil, que redujo significativamente el número de párrafos del original que venía siendo negociado en Nueva York y del que eliminó las partes que generaban más discrepancias.

Brasil asumió la coordinación de las negociaciones el sábado luego de que el comité preparatorio coordinado por la ONU fracasara en su intento de alcanzar un documento consensuado por las divergencias en diferentes apartados.

La conclusión de las negociaciones fue anunciada por el canciller brasileño, Antonio Patriota, quien dijo que el borrador podrá recibir retoques en una reunión plenaria prevista para hoy, después de que las delegaciones analicen el documento resultante.

"Tenemos un texto tras hacer todo lo posible para incorporar al máximo las sugerencias y propuestas de las delegaciones, incluso en negociaciones y consultas de último minuto", afirmó Patriota.

Según negociadores brasileños, los asuntos más polémicos fueron superados con textos conciliadores sin muchas especificaciones.

Las divergencias en torno al fortalecimiento o no del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), por ejemplo, fueron superadas con un nuevo texto que no convierte automáticamente a ese organismo en una agencia especializada de la ONU con mayor autonomía y presupuesto propio.

El asunto que más generaba discrepancias era el de los "medios de implementación", es decir los recursos necesarios para financiar los proyectos de desarrollo sostenible y la transferencia de tecnología.

Luiz Alberto Figueiredo Machado, el jefe de negociadores brasileños, explicó que se descartó la propuesta de los países pobres para la creación de un fondo con 30.000 millones de dólares anuales.

Añadió que fueron definidos fondos de múltiples orígenes, como privados y de instituciones multilaterales, para no limitar la financiación a las ayudas de los países ricos a los pobres.

En una primera reacción, la organización ecologista Greenpeace calificó el documento final como poco ambicioso y agregó que difícilmente permitirá algún progreso.

"Río se transformó en un fracaso épico. La Conferencia falló en términos de equidad, de ecología y de economía. Nos prometieron ''El futuro que queremos'' pero ahora seremos tan sólo una máquina contaminadora que va a cocinar el planeta, vaciar los océanos y destruir las selvas tropicales", afirmó el director de políticas públicas de Greenpeace, Daniel Mittler, en un comunicado.

"La única cosa sensata que quedaba sobre la mesa de negociación hasta anoche era el lanzamiento del Plan de Rescate de los Océanos en aguas en alta mar, pero eso también fue derribado por Estados Unidos, Canadá, Rusia y Venezuela", agregó Mittler.

La delegación de la Unión Europea, que ya había calificado el texto propuesto por Brasil como poco ambicioso, manifestó su deseo de que las negociaciones sean asumidas por ministros antes de sea sometido a los mandatarios en la Cumbre, cuya inauguración está prevista para mañana y en la que se espera un centenar de jefes de Estado y de Gobierno.

"En esta fase final los ministros están en mejor posición para alcanzar un acuerdo político con la sustancia necesaria para presentarle al mundo un futuro sostenible", según un texto suscrito por los negociadores europeos.