El Gobierno tunecino decretó ayer el toque de queda en el Gran Túnez, que comprende las cinco regiones en torno a la capital, así como en las provincias de Susa, Monastir y Jenduba, tras los enfrentamientos de la pasada noche entre radicales islámicos y fuerzas de seguridad.

Según un comunicado del Ministerio de Defensa y de Interior, la medida, que será aplicada en ocho provincias, comenzaba a partir de las 21.00 hora local de ayer (20.00 GMT), y se prolongará, en principio, hasta las 5.00 horas de hoy, miércoles.

La oficina de la presidencia aseguró que la medida se ha tomado teniendo en cuenta los ataques contra propiedades públicas y privadas que comenzaron la pasada madrugada y continuaron a lo largo del día.

Al parecer, la chispa de esta nueva oleada de violencia, encabezada por radicales islámicos, está en una exposición de varios artistas organizada en el centro cultural Al Abdalia, situado en la zona residencial de la Marsa, 18 kilómetros al norte de la capital.

La noche del domingo, un grupo de jóvenes salafíes asaltó el centro cultural por considerar varias de las obras expuestas una afrenta contra los preceptos islámicos, y quemó varios de los cuadros y esculturas que se exponían.

Grupos de extremistas atacaron varios edificios públicos y comisarías y se enfrentaron contra las fuerzas de seguridad en numerosos barrios de la capital.

El portavoz del Ministerio de Interior, Jaled Turush, informó de que al menos 160 personas han sido detenidas en relación con los altercados, en los que se escucharon disparos de armas.

Distintas web radicales han denunciado la actuación de las fuerzas de seguridad por considerar que defienden a los artistas, que los extremistas califican de "infieles",