El expresidente del Gobierno español José María Aznar reiteró hoy la importancia de construir una "red de seguridad europea" que permita que los miembros de la zona euro puedan "repartirse los costes de resolver las crisis bancarias en los países del euro".

"Hace un año propuse una red de seguridad europea sobre la idea de que los miembros de la Eurozona deben repartirse los costes de resolver las crisis bancarias en los países del euro, porque los mercados nacionales dejaron de existir para configurar un único mercado europeo", manifestó durante su intervención en un acto de la fundación FareItalia celebrado en Roma.

A este respecto agregó que le "alegra" ver que esta propuesta "está cobrando hoy plena actualidad, al tiempo que hizo hincapié en que "son estas soluciones concretas a problemas concretos las que necesitamos".

Aznar, que preside la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), aseguró que "no hay milagros" para salir de la crisis y abogó por "recuperar los principios políticos en los que se apoya el euro" para lograrlo.

"Para salir de la crisis no hay milagros, nunca los ha habido. Los principios que han guiado a Europa hasta sus buenos momentos han sido siempre los mismos".

Así, según un comunicado de FAES, abogó por "recuperar los principios políticos en los que se apoya el euro" y recalcó que, puesto que esos principios "no son neutrales ideológicamente", necesitan de "una intensa explicación en el terreno político puro para ser comprendidos y para obtener el respaldo electoral que los haga viables a medio y largo plazo".

Destacó que la Unión Europea dispone de uno de los "más importantes activos políticos: tiene historia".

"Eso significa que podemos y debemos aprender de la experiencia", agregó el expresidente del Gobierno español, quien recordó que "cada vez que hemos sido fieles al proyecto económico europeo, aun cuando eso exija sacrificios, hemos salido ganando".

Asimismo, afirmó que hay que "poner fin a la desubicación estratégica con la que Europa ha iniciado su andadura en el siglo XXI, mediante una afirmación inteligente y flexible de su propia entidad e interés".

"No podemos seguir siendo un continente a la deriva, sin anclajes estratégicos ni compromisos firmes que sirvan a la defensa de nuestros intereses y del tipo de sociedad que apreciamos", aseveró.