Israel y representantes de los presos palestinos llegaron ayer a un acuerdo para poner fin a la huelga de hambre que entre 1.500 y 2.500 reclusos mantenían desde hace semanas y que amenazaba con desatar la violencia si alguno de ellos moría.

El ministro palestino para los Prisioneros, Isa Qaraque, declaró que el pacto fue firmado por los líderes de los prisioneros y el Servicio de Prisiones de Israel.

"Las exigencias de los prisioneros de que se anulen las detenciones administrativas, se ponga fin a la política de aislar a prisioneros y se permita las visitas de familiares -adultos y niños- a los prisioneros de Gaza, han sido aceptadas", aseguró.

Confirmado por todas las partes involucradas, el documento establece una mejoría de las condiciones de encarcelamiento de los presos palestinos, que como contrapartida se han comprometido a no involucrarse en "actividades terroristas desde prisión", dice un comunicado difundido por el servicio general de seguridad israelí el Shabak.