El nuevo presidente francés, François Hollande, afirmó hoy que "la Justicia será el único criterio sobre el que se tomará cada decisión pública" durante su mandato, iniciado ocho días después de haberse proclamado vencedor de las elecciones con el 51,6 % de los votos.

"No puede haber cada vez más sacrificios para unos y más privilegios para otros", subrayó el socialista en el discurso tras ser investido como jefe del Estado, en sustitución del conservador Nicolas Sarkozy.

Dijo que "es hora de poner la producción antes que la especulación, la inversión de futuro antes que la satisfacción del presente, el empleo sostenible antes que el beneficio inmediato", y también de "lanzar la transición energética y ecológica".

Aseguró que dará a la juventud "el lugar que le corresponde, el primero", y a ese respecto hizo un alegato de la escuela pública, "vital" según él para la cohesión del país, el éxito económico y la promoción social.

Hollande avanzó además algunas de las reformas que piensa llevar a cabo, empezando por las "libertades" que piensa otorgar a las administraciones territoriales, a través de "una nueva descentralización".

"Creo en la democracia social y se abrirán nuevos espacios de negociación a los interlocutores sociales", señaló en dirección de sindicatos y patronal.

Sobre su forma de ejercer el poder, anticipó que fijará las prioridades, pero no decidirá "de todo ni por todos", para que sea el Gobierno quien conduzca "la política de la nación".

"El poder en la cumbre del Estado se ejercerá con dignidad, pero con sencillez, con gran ambición para nuestro país, pero con sobriedad en su comportamiento", explicó en continuidad con su credo durante la campaña electoral de desmarcarse de Sarkozy.

Insistió en que "la lealtad, la competencia y el servicio del interés general serán los únicos criterios" para tomar decisiones sobre nombramientos para cargos públicos.

En relación con su acción internacional, más allá de la prioridad a la política europea, puso el acento en que "Francia es un país comprometido en el mundo", que "seguirá fiel a su vocación de defender la libertad de los pueblos, el honor de los oprimidos, la dignidad de las mujeres".

También rindió homenaje a sus predecesores de la quinta República, y en el caso de Sarkozy, que minutos antes había salido del Elíseo en compañía de su mujer, Carla Bruni, le deseó "lo mejor para la vida que se le abre".