La campaña para la segunda vuelta de las elecciones legislativas en Irán, que se celebrará mañana, se cerró hoy con un tardío llamamiento del líder supremo del país, ayatolá Alí Jamenei, a la participación electoral.

En la votación de mañana, que comenzará a las 08.00 hora local (03.30 GMT), se elegirán a los 65 diputados (entre 130 candidatos) que quedaron pendientes en la primera ronda, tras una semana de campaña oficial con pocos actos públicos y muy escasa propaganda en las calles.

En la circunscripción de Teherán, la mayor del país, deben decidirse 25 escaños, pues en la primera vuelta sólo 5 de los 30 diputados de la capital consiguieron el 25 por ciento de votos necesarios para no acudir a la segunda ronda.

Los otros 40 diputados que se elegirán mañana para completar el Parlamento de 290 escaños corresponden a 32 circunscripciones menores.

En la primera ronda quedaron adjudicados 225 escaños, de los cuales cerca de un 80 por ciento fueron obtenidos por aspirantes ultraconsevadores "principalistas", unidos en torno a Jamenei, lo que redujo la fuerza el entorno del presidente, Mahmud Ahmadineyad.

Con la oposición no islámica proscrita, los reformistas del régimen excluidos y el sector de Ahmadineyad con escasa presencia, la próxima Cámara será la más restringida en su representación desde la creación de la República Islámica, en 1979, con un régimen cada vez más centrado en el poder religioso de Jamenei.

Ayer, en el último día de campaña, Jamenei volvió a recordar al enemigo exterior, personificado por Israel, Estados Unidos y los países de Occidente en general, para pedir un voto de apoyo al régimen, como ya hizo en la primera vuelta.

Sin embargo, en esta ocasión, el líder supremo no lanzó un ataque tan rotundo e insistente contra los enemigos como hace dos meses, pues Irán ve más cercano ahora un acuerdo con las grandes potencias sobre su programa nuclear, que podría suponer el levantamiento de las sanciones económicas.