El magnate de la prensa Rupert Murdoch se esforzó hoy por disipar los "mitos" en torno a su poderosa influencia política al asegurar que nunca le pidió "nada" a un primer ministro británico, si bien se codeó con cada uno de ellos.

Murdoch compareció hoy por primera vez ante la llamada comisión Leveson, que analiza los estándares éticos de los medios británicos tras el caso de las escuchas ilegales practicadas por el desaparecido dominical de su propiedad "News of the World" (NoW).

La declaración del presidente del grupo mediático News Corporation (News Corp) era una de las más esperadas en esta investigación, dispuesta el año pasado por el Gobierno y que ha puesto de manifiesto los estrechos vínculos entre los grandes negocios, los medios de comunicación y el poder político.

De manera pausada y sin apresurarse a contestar las preguntas que le formulaba el abogado Robert Jay, el octogenario magnate de origen australiano reconoció que se cometieron abusos, en alusión a los pinchazos telefónicos, si bien defendió el derecho de sus periódicos a investigar a personas que están en cargos públicos.

Durante años, el desaparecido dominical "News of the World", clausurado el pasado mes de julio, intervino móviles de ricos y famosos.

"Creo que es obvia la necesidad (de esta pesquisa porque), hubo algunos abusos", dijo Murdoch, que calificó de vagos a los periodistas que recurren a los pinchazos para obtener exclusivas.

"Yo no creo en el uso de las escuchas, ni en utilizar detectives privados. Creo que son reporteros vagos que no hacen su trabajo", dijo el empresario, que prestó declaración bajo juramento.

Pero se esforzó sobre todo por dejar claro que nunca le pidió nada a los políticos del Reino Unido.

"Yo nunca le pedí nada a un primer ministro", recalcó Murdoch al ser preguntado sobre su relación con la exprimera ministra Margaret Thatcher, de la que admitió ser un gran admirador.

Insistió en que nunca le pidió "favores" a Thatcher y ésta tampoco se los ofreció, dijo.

"Seamos claros -puntualizó-, los políticos siempre buscan el apoyo de todos los periódicos. Yo creo que es parte de la democracia. Es algo natural".

El empresario fue particularmente duro al relatar su difícil relación con el exprimer ministro laborista Gordon Brown, al que sus periódicos decidieron dejar de apoyar en septiembre de 2009 para respaldar al entonces líder conservador David Cameron.

Según Murdoch, Brown no parecía una persona equilibrada cuando se enteró de que el magnate le retiraba su apoyo.

"Brown me llamó y dijo: ''Rupert, ¿sabes lo que está pasando aquí?'' y yo le contesté, ''no estoy al tanto (de lo que los periódicos están diciendo). Pero lamento decirte Gordon que hemos llegado a la conclusión de que apoyaremos un cambio de Gobierno cuando haya una elección", explicó Murdoch, en referencia a los comicios de 2010, de los que surgió el actual Gobierno de coalición.

Según su relato, al conocer esta decisión, Brown le dijo: "''muy bien, tu compañía le ha declarado la guerra a mi Gobierno, entonces nosotros no tenemos otra alternativa que hacerle la guerra a tu compañía''. Y yo le dije: ''lo siento mucho Gordon, gracias por llamar".

Del también primer ministro laborista Tony Blair, Murdoch reconoció que le admiraba y que se entrevistó con él varias veces, antes, durante y después de abandonar el poder en 2007.

"Blair hablaba de manera convincente sobre la capacidad del nuevo Partido Laborista para darle energía al Reino Unido", señaló Murdoch en una declaración por escrito que presentó a la comisión.

Rupert Murdoch, que tiene previsto seguir declarando mañana, compareció ante la comisión un día después de que lo hiciera su hijo, James, expresidente de News International (NI), la rama británica del grupo mediático News Corp.

Desde finales del año pasado, famosos como la escritora británica JK Rowling o el actor Hugh Grant han comparecido ante la comisión Leveson -que trabaja en el edificio del Tribunal Superior de Londres- para declarar cómo los periodistas les persiguieron tras haber interceptado ilegalmente sus teléfonos.