El presidente francés y candidato a la reelección, Nicolas Sarkozy, negó hoy que vaya a alcanzar acuerdos con el ultraderechista Frente Nacional (FN), tercero de la primera vuelta de las presidenciales del pasado domingo y cuyos votos necesita para renovar en el Elíseo.

"No habrá ministros del FN, nunca lo he querido. Pero el 18 % de los franceses que votaron por Marine Le Pen no le pertenecen y debo dirigirme a ellos", afirmó el presidente saliente en la radio "France Info".

Sarkozy señaló que si las leyes permiten que el FN se presente a las elecciones sus ideas deben ser respetadas.

"No hay un voto bueno y un voto malo. Los franceses han elegido y tienen que volver a elegir", aseguró.

El presidente aseguró que rechaza "demonizar al electorado de Marine Le Pen" y propuso "escucharle" para "poder darle respuestas".

El candidato conservador envió un mensaje a su rival socialista, François Hollande: "Se dirige al pueblo de izquierdas y debe saber que un presidente lo es de todos los franceses".

Sarkozy consideró menos democráticas algunas ideas de aliados de Hollande, como el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, cuarto en la primera vuelta del pasado domingo con el 11,11 % de los votos y que ha pedido el voto para el candidato socialista en la segunda.

"Cuando Mélenchon dice que Cuba es una democracia, o cuando dice a sus militantes que si se cruzan con un rico por la calle hay que vaciarle los bolsillos, ¿alguien se lo reprocha?", afirmó.

Sarkozy, retrasado en los sondeos para renovar su estancia en el Elíseo el próximo domingo, consideró "una sorpresa para muchos" su resultado de la primera vuelta, cuando obtuvo el 27,18 % de los votos, un punto y medio menos que Hollande.

El presidente achacó la derrota al nivel elevado logrado por Le Pen y recordó que en el pasado otros candidatos conservadores lograron la victoria después de que el padre de la actual candidata ultraderechista consiguiera buenos resultados en la primera vuelta.

Sarkozy defendió su intención de convocar una manifestación paralela para el próximo 1 de mayo a la de los sindicatos.

"Da la sensación de que Hollande ha privatizado el 1 de mayo. Nosotros también tenemos derecho a manifestarnos. Tenemos derecho a tener una concepción diferente del trabajo", aseguró el presidente, que indicó que "quien trabaja y paga sus cotizaciones tiene que ganar más que el que no lo hace y vive de la asistencia".

Agregó que en su concepción del trabajo defiende a los empleados del sector privado por delante de los funcionarios, que consideró que están "mejor protegidos ante las consecuencias de la crisis".