Al menos 270.000 personas han huido de sus hogares en Mali, 130.000 de ellas a países vecinos (Mauritania, Burkina Faso, Níger y Argelia), a causa del conflicto en el país, informó hoy la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).

El principal problema es el acceso a estas personas en el norte de Mali, donde "la presencia humanitaria, un área extensa con infraestructuras y transportes deficientes, es limitada, incluso antes de la crisis actual, debido a la presencia de numerosos grupos armados", subrayó la OCHA hoy en un comunicado.

"El conflicto han exacerbado una crisis nutricional y de seguridad alimentaria aún mayor, que afecta a la totalidad de la región del Sahel. Hay distintas evaluaciones que sugieren que más de 15 millones de personas en el Sahel se verán afectadas este año por la crisis alimentaria y nutricional", advirtió la OCHA.

Dejar el país tampoco garantiza la seguridad futura, ya que "los desplazados internos y los refugiados están llegando a zonas afectadas por la sequía, en las que las previsiones sobre seguridad alimentaria están entre las peores del mundo en estos momentos".

La OCHA ha confirmado que el pasado día 12 se comprobó que tres cuartas partes de las estructuras médicas en la tres regiones del norte de Mali "ya no están operativas", pero que las actividades médicas se han podido reanudar en el principal centro sanitario de Niafunké (en la región de Tombuctú) tras la llegada de la Cruz Roja.

Está previsto además que Médicos del Mundo siga trabajando en las regiones de Menaka y Gao, localidad esta última donde la producción de agua potable "podría cesar dentro de poco, dejando a decenas de miles de habitantes" sin este suministro básico.