Los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad se reanudaron ayer en la ciudad egipcia de Port Said, después de que durante la madrugada los disturbios causaran un muerto y decenas de heridos. El delegado del Ministerio de Sanidad en Port Said, Helmy Ali al Afny, dijo que atendieron a otras 40 personas, la mayoría por casos de asfixia, tras los nuevos choques desencadenados en los alrededores de la sede de la Compañía del Canal de Suez.

Todos estos disturbios se producen en protesta por las sanciones impuestas por la Federación Egipcia de Fútbol al club Al Masry de Port Said, debido a los sucesos del 1 de febrero que dejaron 74 muertos en su estadio.

Por su parte, al agencia oficial de noticias Mena informó de que los hinchas del Al Masry anunciaron que no están participando en estos nuevos enfrentamientos.

También señaló que un gran número de gente extraña a la ciudad recorre en motos las avenidas, en medio de la ausencia total de fuerzas de seguridad, lo que ha desatado el pánico entre los habitantes.

Antes de que se produjeran los últimos choques, cientos de residentes de Port Said cortaron al tráfico los accesos a la ciudad, lo que impidió a más de 50.000 empleados acudir a sus puestos de trabajo en la zona industrial y causó atascos kilométricos. Además, una multitud participó en el funeral del joven fallecido de un disparo la madrugada de ayer.

En cuanto a las sanciones detonantes de los disturbios, que suspenden la participación de Al Ahly en partidos durante dos años, así como el cierre de su estadio por tres, el Gobierno egipcio defendió la medida.

"Las sanciones adoptadas contra Al Masry son lo mínimo según las normas de la FIFA y la Federación Egipcia de Fútbol", subrayó el jefe del Gobierno, Kamal Ganzuri, en declaraciones a la prensa durante un acto en El Cairo.

Los disturbios del 1 de febrero en Port Said, la mayor tragedia del fútbol en Egipto, desencadenaron varios días de violentos choques en El Cairo entre hinchas y la policía.

Por otras parte, los diputados liberales egipcios se retiraron ayer de la votación para elegir a la comisión que redactará la nueva Constitución y denunciaron que la mayoría islamista del Parlamento quiere imponer su voz, dijo un miembro del partido Socialdemócrata. La portavoz Hala Mustafa dijo que tanto su partido como el de los Egipcios Libres, entre otras agrupaciones liberales, tomaron esta medida al considerar que de esta situación "puede resultar una Constitución religiosa islamista que amenace la unidad nacional".