El cardiólogo Fawaz Akhras, que vive en Londres y es el suegro del presidente sirio, Bachar al Asad, asesoró a su yerno durante la brutal represión del Gobierno contra los opositores políticos, revela hoy el diario "The Guardian".

El padre de Asma al Asad, que trabaja en un barrio de Londres donde están las clínicas privadas más caras del Reino Unido, utilizó correos electrónicos para ofrecer asesoramiento sobre cómo el régimen sirio tenía que contar lo que estaba pasando en Siria.

El médico también le asesoró a Al Asad sobre cómo tenía que refutar las críticas contra Damasco tras la divulgación de imágenes de vídeo que mostraban la represión de las fuerzas sirias, según unos correos a los que el periódico ha tenido acceso.

Hasta el momento, el cardiólogo, de 66 años y miembro de la Sociedad Británica Siria, era visto como una influencia modernizadora en su yerno, recuerda el diario.

Según los correos privados del matrimonio Asad obtenidos por "The Guardian", a medida que la violencia aumentaba en los últimos meses, Akhras le ofrecía al presidente sirio asesoramiento y apoyo.

Estos correos fueron interceptados por miembros de un grupo de la oposición siria entre junio de 2011 y febrero de 2012 y el periódico británico afirma que ha trabajado para verificar la autenticidad de la información contenida en estos mensajes.

"The Guardian" afirma que ayer intentó ponerse en contacto con Akhras en su clínica para invitarle a que hiciera algún comentario sobre esta información y también trató de contactarlo a través de terceras personas, pero hasta el momento no ha contestado.

Hace unos días "The Guardian" reveló cómo Siria recibió asesoramiento de Teherán en varias ocasiones durante la crisis.

El periódico británico dice haber tenido acceso a más de 3.000 documentos que la oposición siria ha descargado de cuentas privadas de internet de Al Asad y su mujer, Asma.

Otros documentos ponen de manifiesto cómo el presidente sirio cuenta con un grupo de asesores a los que les consulta sobre estrategias mediáticas para hacer frente a las crecientes críticas desde el exterior por su violenta manera de aplacar las revueltas, que se calcula que ha tenido como consecuencia la muerte de más de 8.000 personas.