El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, mostró ayer su solidaridad con el pueblo sirio cuando se cumple un año de las protestas contra el régimen de Bachar al Asad, a las que el gobierno dio respuesta con "una brutal represión que sigue inalterable" y que ha dejado "más de 8.000 muertos".

Ban expresa su solidaridad al pueblo de Siria y a sus "legítimas aspiraciones por lograr dignidad, libertad y justicia", declaró ante la prensa su portavoz, Martin Nesirky, con motivo del primer aniversario del inicio de las protestas a favor de reformas democráticas en las principales ciudades sirias.

Agregó que es "urgente romper con el ciclo de violencia" en el país árabe desde que Damasco optó por responder con "una brutal represión que sigue inalterable" para responder a las manifestaciones "pacíficas" de los civiles sirios en favor de "los derechos y libertades universales".

"Las consecuencias de esa decisión se exponen trágicamente ante los ojos del mundo", según Ban, quien lamentó que "muchas más de 8.000 personas" hayan muerto hasta ahora en Siria "como resultado de la decisión del Gobierno de apostar por una represión violenta por delante del diálogo político pacífico y el cambio verdadero". Hasta ahora, Naciones Unidas había cifrado en unos 7.500 los fallecidos por la represión.

Cierre de embajadas

Por otra parte, los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) decidieron cerrar sus embajadas en Damasco y retirar todo su personal diplomático debido a la continua represión del régimen de Bachar al Asad contra su pueblo, anunció ayer el secretario general de la organización, Abdelatif al Ziani.

En un comunicado difundido por la agencia oficial de noticias saudí SPA, Al Ziani argumentó que esa decisión se debe a "la "insistencia del régimen sirio en matar y torturar a los sirios indefensos", después de que se haya cumplido un año del inicio de la revuelta.

Además, el secretario general del CCG exigió a la comunidad internacional que tome medidas "firmes y urgentes para detener los asesinatos, las torturas y las violaciones de derechos humanos en Siria".

En los dos últimos días, Arabia Saudí y Baréin cerraron sus embajadas en la capital siria al igual que hicieron previamente otros países, entre ellos EEUU. En febrero de este año, las monarquías del Golfo -Arabia Saudí, Catar, Omán, Kuwait, Baréin y Emiratos Árabes Unidos- retiraron a sus embajadores de Siria.