Un soldado norteamericano mató ayer a 17 civiles e hirió a cinco durante una incursión armada de madrugada cerca de una base militar en la provincia de Kandahar, en el sur de Afganistán, en un suceso que la OTAN investiga.

Tras el suceso, el presidente afgano, Hamid Karzai, condenó el suceso, que calificó de un "acto intencionado". "No lo vamos a olvidar", se advierte en el texto, en el que Karzai exigió que se ponga fin a "las llamadas operaciones antiterroristas, que desembocan en asesinatos deliberados".

La matanza se produce en medio de un fuerte clima antinorteamericano en Afganistán tras la quema de coranes por soldados de EEUU a fines de febrero en la base de Bagram, cercana a Kabul y la principal de la OTAN en suelo afgano.

La gravedad de la situación se tradujo también en una intervención de la Administración presidida por Barack Obama.

"Estamos profundamente preocupados por los informes iniciales de este incidente y observamos la situación muy de cerca", dijo Caitlin Hayden, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional.

Fuentes militares estadounidenses confirmaron que el soldado, que supuestamente salió de su base en el sur de Afganistán y disparó contra los civiles, está detenido en la ciudad de Kandahar.

Según un miembro del consejo administrativo local, Agha Lalay, que informó de la matanza, entre las víctimas figuran mujeres y niños y dijo que el militar estadounidense abrió fuego contra ellas tras abandonar por causas desconocidas su base.

La misión de la OTAN, la Fuerza de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF), divulgó a primera hora de la mañana un comunicado en el que lamentó "un incidente que ha desembocado en víctimas afganas", y expresó sus condolencia a las familias.

El comunicado informó de que el soldado implicado en el "incidente" había sido arrestado pero no precisaba el número de víctimas causadas por el detenido.

En el texto tampoco se indicaba el motivo que habría inducido al soldado a cometer la matanza, sobre la que anunció que la ISAF abrirá una "investigación".

Según dijeron fuentes militares posteriormente, el soldado fue presa de una crisis nerviosa.

El portavoz de la ISAF en Kabul, Justin Brockoff, confirmó la detención del militar, y en declaraciones realizadas al mediodía anotó que "según nuestros informes preliminares no se han producido muertos, solo heridos".

En manifestaciones a la agencia local AIP, un portavoz del movimiento talibán, Qari Muhammad Yousaf Ahmadi, afirmaba en paralelo que 45 civiles habían muerto en el incidente, y que no se había tratado de una acción individual.

"No fue obra de un solo soldado sino de varios que entraron en las casas para matar a gente", dijo el portavoz insurgente, que aseguró que solo en el poblado de Palambi habían muerto once miembros de una misma familia.

El movimiento talibán suele magnificar los incidentes armados entre la población local y las tropas internacionales.

Cuna del movimiento talibán en la década de los noventa, Kandahar es uno de los principales feudos de los insurgentes.