Los resultados del supermartes, en el que Mitt Romney ganó en seis de los diez estados en juego y Rick Santorum se anotó tres victorias, volvieron a evidenciar la profunda división existente entre el electorado republicano, según la prensa estadounidense.

La contienda por la nominación presidencial republicana se prevé larga, debido a que los votantes se están aglutinando en dos grupos bien diferenciados: los que dan prioridad a la ideología y apoyan a Santorum, y los partidarios de respaldar al candidato más "elegible", que apuestan por Romney.

En Tennessee, uno de los estados en liza en el supermartes, casi cuatro de cada 10 votantes afirmaron que la capacidad para vencer al presidente Barack Obama en las elecciones de noviembre es el atributo más importante que debe tener el candidato republicano y creen que quien mejor se ajusta a ese perfil es Romney, según The Washington Post.

Por contra, del otro lado están los votantes que buscan a un "verdadero conservador", que se decantan mayoritariamente por Santorum, anotó ayer ese diario.

Aunque Romney se impuso en seis (Virginia, Vermont, Massachusetts, Idaho, Alaska y Ohio) de los diez estados que votaron en el supermartes, eso no bastó para confirmarlo como el favorito indiscutible de la carrera. Además, en Ohio, un estado clave y el más codiciado elmartes, ganó por la mínima a Santorum, con apenas 12.000 votos de diferencia. Santorum, por su parte, tuvo una buena jornada, con cómodos triunfos en Tennessee y Oklahoma, en ese medio oeste que tan fiel le ha sido hasta el momento, y una victoria por sorpresa en Dakota del Norte.

Mientras que Newt Gingrich triunfó sólo en Georgia, el estado del que es originario, y Ron Paul no logró ninguna victoria.

Otra de las tendencias que se observó, de acuerdo con The Washington Post, es el poco entusiasmo del electorado republicano con sus candidatos. En Ohio y Tennessee más de cuatro de cada 10 votantes acudieron a las urnas "con reservas".

"Este país tiene graves problemas económicos y profundos desafíos de seguridad nacional. Pero los candidatos republicanos están tan metidos en las trincheras de la guerra cultural y religiosa que no están ofreciendo ninguna solución", reflexionó The New York Times.