Al menos dieciséis personas murieron ayer, entre ellas varios agentes del orden, y otras veintidós resultaron heridas en un atentado suicida en una academia de la policía en el este de Bagdad (Irak), según informó a Efe una fuente policial.

Un terrorista suicida detonó un cinturón de explosivos adosado a su cuerpo a la entrada de la academia, situada en la calle Palestina, según la fuente, que no descartó que la cifra de víctimas mortales aumente.

Tras el atentado, las fuerzas de seguridad redoblaron las medidas en las cercanías del lugar de la explosión y cerraron los accesos.

Irak vive un repunte de la violencia desde la retirada de las tropas estadounidenses, el 18 de diciembre pasado, y la emisión, un día después, de una orden de arresto contra el vicepresidente suní del país, Tareq al Hashemi, por supuestos delitos de terrorismo. Esa orden ha desencadenado una profunda crisis política, agravada por numerosos atentados perpetrados contra objetivos chiíes y las fuerzas de seguridad.