El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el líder socialista, François Hollande, los dos favoritos a las presidenciales en Francia, intercambiaron ayer los primeros golpes directos de la campaña, un día después de que el jefe de Estado anunció oficialmente su candidatura a la reelección.

Discreto hasta ahora, Sarkozy vivió la primera jornada de auténtica campaña para las próximas elecciones -cuya primera vuelta se celebrará en abril y la segunda en mayo-, en Annecy, una ciudad alpina tradicionalmente conservadora, donde celebró su primer mitin, en el que fue acogido por casi 10.000 personas. Y no dejó escapar la ocasión para criticar de forma directa a Hollande, que le aventaja en los sondeos y al que hasta ahora no había atacado, puesto que oficialmente no era candidato.

"Miente de la mañana a la noche", clamó Sarkozy ante los aplausos de los asistentes. Sarkozy acusó a su rival de decir una cosa cuando habla con la prensa internacional y la contraria cuando se dirige a los electores.

"Cuando dices a la prensa inglesa que eres liberal y vienes a explicar a los franceses que el enemigo es el mundo de las finanzas, es mentir, de la mañana a la noche", aseguró Sarkozy en referencia a una entrevista que Hollande dio al diario británico The Guardian.

Sarkozy consideró imposibles las propuestas de Hollande y señaló que "debilitarían a Francia", citando la legalización de los inmigrantes o la bajada de la energía nuclear. Frente a ello, propuso "fortalecerla" como única receta de mantener "el modelo social francés frente a los ataques de la especulación".

Sarkozy defendió las medidas que ha adoptado en los últimos cinco años contra la crisis, que, según dijo, "han permitido que Francia no esté en la situación dramática de Grecia", y apostó por "acelerar las reformas" para adaptarse "a la nueva situación que surgirá después de la crisis".

Hollande respondió a Sarkozy desde el telediario de máxima audiencia del país, el mismo en el que la víspera 10,5 millones de espectadores siguieron la declaración de candidatura de Sarkozy.

Hollande consideró "falsas" las acusaciones de su rival, de quien dijo que "tras su gestión y el estado en el que deja a Francia no puede dar lecciones de gestión de las finanzas públicas".

Acusó a Sarkozy de haber iniciado su mandato bajando los impuestos a los más ricos y de terminarlo subiendo los de todo el mundo, en referencia al ascenso del impuesto sobre el valor añadido (IVA) para financiar parte de las cargas patronales.