Yulia Timoshenko, ex primera ministra de Ucrania que cumple condena de siete años de prisión por abuso de poder, no necesita ser trasladada a la enfermería ni ser intervenida quirúrgicamente, declaró hoy el fiscal general ucraniano, Víctor Pshonka.

Dos médicos alemanes y tres canadienses revisaron el estado de salud de la líder opositora ucraniana y trasladaron sus conclusiones a las autoridades del país, según las cuales Timoshenko "no necesita ser hospitalizada ni mucho menos intervenida".

"Son las conclusiones de los especialistas extranjeros", dijo en Dnepropetrovsk el fiscal general, que agregó que los médicos llegaron "prácticamente a las mismas conclusiones" que los doctores de Instituciones Penitenciarias y del Ministerio de Sanidad ucranianos.

Según las autoridades, los expertos extranjeros constataron que la opositora sufre problemas en la espalda.

Pshonka aseguró que los resultados de los exámenes médicos realizados a la ex jefa de Gobierno durante los últimos tres días son confidenciales y han sido entregados a la paciente en persona.

El abogado de la ex primera ministra, Serguéi Vlásenko, aseguró ayer a los medios de comunicación que los médicos alemanes constataron "serios problemas" en la salud de su paciente.

"Por lo que sé, los médicos alemanes constataron serios problemas en el estado de salud de Timoshenko. Los médicos canadienses también diagnosticaron importantes problemas. Los médicos extranjeros independientes aconsejan otras terapias y no descartan una intervención quirúrgica", indicó Vlásenko.

El Ministerio de Sanidad, sin embargo, informó a última hora de ayer de que las principales recomendaciones y el tratamiento que "figuran en el informe del concilio médico mixto", formado por expertos ucranianos y extranjeros, "se corresponden con las conclusiones previas de los especialistas ucranianos".

La propia Timoshenko dio su consentimiento a finales de enero para que un grupo de médicos alemanes revisara su estado de salud después de que varios expertos germanos le ofrecieran sus servicios a través de la embajada de Alemania en Kiev.

La opositora fue trasladada en diciembre a Járkov en cumplimiento de una sentencia que la condenó a prisión por ordenar en 2009 la firma de acuerdos gasísticos con Rusia considerados onerosos por las actuales autoridades.

Condenada también a tres años de inhabilitación para ejercer cargo público y al pago de casi 200 millones de dólares en concepto de compensación al Estado, Timoshenko estudia desde hace más de dos semanas el sumario de otra causa penal abierta contra ella por el Servicio de Seguridad de Ucrania.

Los servicios secretos ucranianos acusan a la opositora de ocultar ingresos en divisas por más de 165 millones de dólares, apropiación indebida de fondos públicos y evasión de impuestos por más de 47 millones de grivnas (unos 5,8 millones de dólares) y malversación de fondos públicos.

La Unión Europea ha dejado claro que sus relaciones con Ucrania dependerán del futuro de Timoshenko.

El Parlamento Europeo aprobó una resolución en la que subraya que la líder opositora debe tener la posibilidad de participar en el proceso político, incluidas las próximas elecciones parlamentarias, que se celebrarán en el otoño europeo de 2012.