La UE y China dejaron ayer claro que la crisis en la eurozona no conviene tampoco a Pekín, que desea la estabilidad del euro y que no bajen sus exportaciones, por lo que el primer ministro chino, Wen Jiabao, afirmó que el gigante asiático está dispuesto a implicarse más en la solución.

"China está dispuesta a participar más en la solución de la crisis de la deuda soberana europea y para ello impulsaremos la comunicación y coordinación con la UE", declaró el jefe del Ejecutivo chino.

Wen recibió en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín al presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, acompañado del de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, para analizar la crisis en la eurozona, la gobernanza económica global, el cambio climático, la paz regional y otros asuntos bilaterales.

Tras una hora de conversaciones, que los dirigentes europeos continuarán hoy con el presidente, Hu Jintao, y el viceprimer ministro, Li Keqiang, los tres comparecieron ante la prensa.

Además de decir que la UE aprecia que China sacase de la pobreza a cientos de millones de chinos en una generación, Van Rompuy añadió que "eso debe acompañarse de respeto a los derechos humanos y el Estado de Derecho", y destacó los diálogos bilaterales al respecto.

Sobre el apoyo financiero chino al rescate de la eurozona, Van Rompuy afirmó que "China debe adoptar sus propias decisiones. Invirtió en bonos de deuda soberana de varios países y en instrumentos europeos de estabilidad financiera. Hemos acordado efectuar consultas y cooperar".

Ambas partes se comprometieron también ayer a fortalecer su cooperación en la ONU y el G20 para que, como primer foro de cooperación económica internacional, desempeñe un mayor papel en la gobernanza mundial.