Bélgica quedó ayer paralizada por la huelga general convocada por los principales sindicatos en protesta por los planes de austeridad, y que incluyen el retraso de la edad de jubilación, así como una reducción en las prestaciones por desempleo.

La huelga afectó tanto a los ciudadanos de a pie -no funcionaron trenes, metros, autobuses o tranvías- como a los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE), quienes para asistir a la cumbre de ayer en Bruselas tuvieron que aterrizar en una base militar en lugar de en el aeropuerto de Zaventem, donde se anularon y cancelaron decenas de operaciones.

El primer ministro belga, Elio Di Rupo, anunció que convocará a los sindicatos en los próximos días para relanzar el diálogo social.