La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, inició hoy una visita oficial a Cuba de apenas cuarenta y ocho horas con predominio en los temas económicos bilaterales como la modernización del puerto habanero de Mariel y la perspectiva de que su país concrete nuevos proyectos en la isla.

Rousseff fue recibida por el canciller cubano Bruno Rodríguez a su llegada a La Habana en la tarde de este lunes y no realizó declaraciones a los periodistas que la esperaban en el aeropuerto internacional "José Martí".

Su agenda comenzará mañana martes con el habitual homenaje al héroe nacional José Martí previo al recibimiento oficial que le hará el mandatario de la isla, Raúl Castro, en el Palacio de la Revolución y la posterior reunión que tienen prevista para repasar la relación bilateral.

No se descarta que Rousseff se encuentre con el ex presidente Fidel Castro, apartado del poder desde 2006 debido a una grave enfermedad, quien ha mantenido una larga amistad personal con Luiz Inácio Lula da Silva, el antecesor de la gobernante brasileña.

Aunque la visita tiene sus objetivos concentrados en los temas económicos y comerciales, como telón de fondo se encuentra la situación de los derechos humanos en la región y en la isla, pero no está contemplado que Rousseff aborde ese asunto durante su estancia en Cuba, según fuentes brasileñas.

Ese asunto se ha agitado en torno al viaje de Rousseff desde hace unos días, a raíz de que Brasil concedió un visado de turista a la bloguera disidente cubana Yoani Sánchez, quien le solicitó que intercediera ante las autoridades de la isla para obtener el permiso de salida que le permita ir al estreno de un documental en el país suramericano.

El viaje de Sánchez a Brasil depende, por tanto, de que el Gobierno de La Habana autorice su salida del país, conocido eufemísticamente como "tarjeta blanca".

Este lunes disidentes cubanos afirmaron que no esperan nada relevante de la visita de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en lo que respecta a la situación de los derechos humanos en la isla.

Lo hicieron en una conferencia de prensa donde compareció Maritza Pelegrino, viuda del preso Wilman Villar, fallecido según la disidencia tras una huelga de hambre que inició en la cárcel, otro caso que ha reavivado las críticas contra el Gobierno cubano.

La visita tiene el objetivo de "profundizar la cooperación bilateral en las áreas técnica, científica y tecnológica, sobre todo en las áreas de agricultura, seguridad alimentaria, salud y producción de medicamentos", según informó un comunicado oficial de la presidencia brasileña.

El corto programa de la visita de Rousseff incluye también el martes una firma de acuerdos no especificados y un recorrido por las obras de la ampliación y modernización del puerto de Mariel (situado 45 kilómetros al oeste de La Habana), considerada la más importante inversión que se ejecuta en Cuba con la colaboración de Brasil.

Ese proyecto, en el que participa la poderosa empresa brasileña Odebrecht, cuenta con un presupuesto de 686 millones de dólares y el 80 % de la financiación del coloso sudamericano.

Es previsible que la participación brasileña en la industria azucarera cubana sea otro de los temas de la visita, después de que el grupo Odebrecht anunciara este lunes la firma de un contrato con Cuba para la gestión productiva de una fábrica en la provincia central de Cienfuegos.

A primera hora del miércoles, Dilma Rousseff se despedirá de Cuba y viajará al vecino país de Haití, donde tiene prevista una visita oficial.

Los intercambios comerciales entre Brasil y Cuba alcanzaron los 642 millones de dólares en 2011, un 31 % más que en el año anterior.