Europa y EEUU lanzaron ayer un mensaje de cauto optimismo sobre el futuro de la eurozona e incrementaron la presión en favor de acompañar los ajustes fiscales y las reformas europeas con un mayor respaldo financiero público.

El más abiertamente optimista fue el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, que habló de "progresos excelentes" en la eurozona con la introducción de reformas estructurales importantes a cargo de los nuevos gobiernos en los países con mayores problemas de deuda, como Grecia, Portugal, Italia y España.

Con la prima de riesgo en sus niveles más bajos desde hace meses en Italia y España y utilizando como plataforma el Foro Económico Mundial de Davos, Draghi afirmó que se está "en otro mundo" si se compara la situación actual con la que se vivía hace cinco meses.

"El nivel de progreso es excelente. Si miramos el progreso que han hecho los países de la zona del euro en ajuste fiscal e introducción de reformas estructurales, es increíble", dijo Draghi, quien confía en que la cumbre que celebrarán los líderes europeos el lunes arroje avances en la intensificación de la unión fiscal.

Draghi defendió la decisión del BCE en diciembre de inyectar liquidez para los próximos tres años, pues ha evitado una crisis del crédito, y advirtió de que los programas de rescate deben ser únicamente un mecanismo que evite que se produzcan accidentes.

Decisiones de impacto

El secretario estadounidense del Tesoro, Timothy Geithner, también acudió a la ciudad suiza de Davos con un mensaje positivo acerca del impacto que han tenido las decisiones de los países periféricos para evitar una espiral de deuda que amenazaba de manera inmediata la existencia del euro y del proyecto de integración de la UE.

"Los nuevos gobiernos están tomando medidas duras, a lo que hay que sumar que el BCE está haciendo lo que los bancos centrales deben hacer (inyectar dinero para ayudar a reactivar la economía) y a que se ha procedido a un fortalecimiento del sector financiero".

No obstante, Geithner indicó que el trabajo "está por terminar" y, para ello, hay que construir "un cortafuegos más sólido y más creíble que evite que el euro quede atrapado" en la crisis.

"Es la única manera de que Europa tenga éxito en su intento de mantenerse en pie y de seguir adelante con el proyecto del euro", agregó Geithner, quien argumentó que en el fondo de la cuestión hay un elemento de voluntad política sin el cual no existirá solución.

"Construir un cortafuegos más sólido requerirá de un mayor compromiso de los gobiernos europeos y creo que esto es algo que la mayoría de los europeos reconoce", señaló Geithner, en una invitación implícita a Alemania a que revise sus fórmulas para salir de la crisis, que no incluyen el estímulo económico y financiero.

El secretario del Tesoro afirmó que el FMI puede desempeñar un papel decisivo para respaldar a las economías del euro que sufren una grave crisis de deuda, siempre que exista "la disposición y el compromiso político" de los gobiernos de blindar financieramente al euro frente a los mercados.

"Quien únicamente habla de solucionar los problemas a través de la austeridad está interpretando mal el panorama general", opinó.

Mensaje dirigido a Berlín, que ayer volvió a rechazar la posibilidad de aumentar la ayuda a Grecia en el marco del segundo programa de rescate, después de que el vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, sugiriera en Davos un incremento de las contribuciones, más allá de los 130.000 millones de euros acordados en octubre.

La respuesta la dio el titular alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, quien dijo que no ve sentido "a que cada semana se hable de poner más dinero" para Grecia por los 17 países de la eurozona.