El presidente afgano, Hamid Karzai, lamentó ayer la reciente muerte de cuatro soldados galos a cargo de un militar de su país y pidió al Gobierno francés que entienda que la acción de una sola persona no es representativa de todo Afganistán.

"La acción de un único soldado del Ejército afgano nunca puede representar la furia del pueblo de Afganistán contra Francia", subrayó Karzai, citado por la agencia local AIP.

El mandatario del país asiático hizo estas declaraciones durante una entrevista ayer en Kabul con el ministro francés de Defensa, Gérard Longuet, de visita en la capital afgana.

Karzai agregó que el incidente, que ocurrió el pasado viernes, es "un asunto preocupante" y que las autoridades han iniciado una investigación para esclarecer lo sucedido.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció el mismo día del ataque que su país suspendía sus operaciones de formación y ayuda que está prestando al combate en Afganistán y planteó la posibilidad de una retirada anticipada de las tropas galas que han estado desplegadas en suelo afgano.

La decisión final sobre el repliegue francés será tomada en función de un informe que el presidente de la República francesa, Nicolas Sarkozy, ha encargado al ministro Longuet y al jefe del Estado Mayor de la Defensa, el almirante Edouard Guillaud.

Acuerdo estratégico

"Francia firmará pronto un acuerdo estratégico a largo plazo con Afganistán, que fortalecerá la relación entre los dos países", afirmó a lo largo del día de ayer Longuet sin aludir a las medidas anunciadas por Sarkozy.

Las tropas de EEUU y la OTAN (unos 130.000 efectivos conjuntos, actualmente) comenzaron el pasado mes julio a retirarse gradualmente de Afganistán y a transferir la competencia de seguridad al Ejército y Policía del país asiático.

El proceso debe concluir a lo largo del próximo ejercicio 2014 si se cumplen los plazos previstos de la estrategia y de los mandos internacionales, para la que la formación de las fuerzas afganas por instructores extranjeros es clave, como está ocurriendo hasta el momento.

Los casos de asesinato de militares de la Alianza Atlántica a manos de colegas afganos no son infrecuentes, y a menudo se trata de combatientes de la insurgencia talibán infiltrados en los cuerpos de seguridad.