La agencia de calificación crediticia Moody''s espera que las cuatro economías más débiles de la zona euro, España, Italia, Portugal y Grecia, entren en recesión este año.

En un informe emitido ayer, la agencia se refiere también a la marcha de la economía alemana, e indica que logrará "evitar la recesión", aunque se ralentizará el crecimiento de su producto interior bruto (PIB).

En concreto, afirma que el PIB de Alemania crecerá este año un 0,5 por ciento, frente al 3,1 por ciento de 2011. Sin embargo, no da cifras de España, Italia, Portugal ni Grecia, de las que afirma "esperamos que entren en recesión en 2012".

En las ultimas semanas, varios miembros del nuevo Gobierno español han reconocido que la economía entrará previsiblemente en recesión este año, dado que en el último trimestre del 2011 hubo una caída, que se repetirá en el primer trimestre de este ejercicio.

A lo largo del 2012, Moody''s espera que en, en este contexto de contracción económica, se produzca un aumento de las quiebras de medianas y pequeñas empresas (pymes) en los cuatro países, así como una caída en los precios de los activos inmobiliarios, que se toman como garantía en muchas operaciones de financiación.

Las quiebras, sin embargo, se estabilizarán en Alemania, después de haber caído un 5 por ciento en 2011.

Acreedores en Atenas

Por otra parte, el Gobierno griego reanudó ayer en un ambiente de optimismo las negociaciones para pactar con sus acreedores privados una quita de su deuda, con la perspectiva de resolver en los próximos días el tema más espinoso: el del interés que tendrán los nuevos bonos que salgan de la operación.

Ese plan, bautizado como Participación del Sector Privado (PSI), supone la quita del 50% del valor nominal de la deuda y la sustitución de los bonos por títulos depreciados, más una compensación financiada con el nuevo préstamo de 130.000 millones de euros prometido por la UE y el FMI.

El interés de la nueva deuda ha provocado fricciones desde que el plan se anunció en la cumbre europea de octubre, ya que el FMI se niega a financiar títulos con un interés superior al 4%, informó una fuente cercana a la negociación.

Según varios medios griegos, el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), que representa a bancos y fondos de inversión dueños de deuda griega, habría reducido sus demandas iniciales y estaría dispuesto a aceptar un interés de poco más de un 5%, mientras que Grecia quiere dejarlo entre el 4 y el 4,5%.

Por ello, una delegación helena se desplazó a Washington para tratar el tema con el FMI, a la vez que el director del IIF, Charles Dallara, y su asesor, Jean Lemierre, negocian en Atenas con el primer ministro griego, Lukás Papadimos, y su ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos.

Sin un acuerdo sobre la PSI, la UE no daría luz verde al nuevo préstamo, que a su vez resulta imprescindible para que Grecia no caiga en bancarrota el 20 de marzo, cuando afronta el pago de 14.400 millones de euros en vencimientos de deuda.

Pero además de la PSI, la troika -Comisión Europea, FMI y Banco Central Europeo-, cuyos expertos se encuentra desde el martes en Grecia, exige nuevas medidas de ahorro, altamente impopulares.