La Fiscalía de Ankara acusó ayer a Sarah Ferguson, duquesa de York, de un delito contra el derecho a la privacidad en la infancia, por el que pide una pena de entre siete y 22 años de cárcel.

Los servicios sociales turcos y las instituciones de cuidado infantil solicitaron que se actuase contra Ferguson por entrar sin identificarse en sus instalaciones y rodar de forma clandestina a cinco menores, en violación de su intimidad, informó la agencia pública de noticias Anadolu.

Las imágenes con cámara oculta para un documental, en el que se denunciaba las precarias condiciones de los orfanatos y centros para discapacitados en Turquía, las rodó la duquesa de York en septiembre de 2008 y se emitieron en un canal privado británico.

El documental mostraba las condiciones desoladoras de esos centros públicos, en los que algunos niños estaban amarrados a las camas.