Irán ha redoblado su desafío a la comunidad internacional al iniciar el enriquecimiento de uranio hasta cerca del 20 % de pureza en la instalación fortificada de Fordo, a 160 kilómetros de Teherán.

Así lo confirmó ayer el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), cuyos inspectores verificaron el comienzo de la producción de uranio enriquecido en esa planta, descubierta en 2009 por los servicios de inteligencia occidentales.

En un escueto comunicado emitido en Viena, el OIEA asegura que "todo el material nuclear" en esa instalación está bajo su vigilancia.

Hasta ahora, Irán había purificado uranio hasta ese nivel -considerado un paso previo al uranio altamente enriquecido para bombas atómicas- solo en su gran planta de Natanz, donde pretende producir combustible atómico de forma industrial.

El régimen iraní afirma que necesita este uranio (enriquecido concretamente al 19,75 %) para la producción de un combustible especial para un reactor científico de Teherán, donde se fabrican isótopos para la lucha contra el cáncer.

A partir del uranio enriquecido al 20% la ciencia habla de "uranio altamente enriquecido", mientras que para una bomba atómica se necesita uranio enriquecido por encima del 90%.